Lo que más añoramos es un estado de e x i t a c i ó n. El amor es la exitación m á x i m a del espíritu. Si en la excitación somos a c c i ó n y no e s p e r a n z a, si p e r s o n i f i c a m o s la ilusión, si no es una reminiscencia ni un estado l a t e n t e al m a ñ a n a, decimos que estamos realmente vivos. El placer y el dolor se vuelven dos extremos que, como todos los extremos, terminan siendo lo mismo, su verdadero contrario siendo el vacío. La vida por lo general es un vacío, un transcurrir de hormiga obrera.
Lo chistoso...
¿Qué tanto de la excitación es puro olvido?
El vacío, extrañamente, no es olvido.
Por eso escucho música todo el tiempo, para olvidar recordando.
18 mar 2010
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