7 dic 2010

Las flores son suicidas

En el reconocimiento continuo de voces de distintas perspectivas,
Todas nulas, todas espejismos, me frustro.
Silencio.
Silencio.
De nuevo es voz diferenciada.
Rueda de amor-odio al mundo.
Escucho y niego, sé quién soy
Escucho y niego voz tras voz tras voz.
Pero sigo escuchando.
En el silencio exploro,
Tiento palmeras con cocos duros
Llenos de vida y beber
Pero mis uñas son apenas piel valiente.
Todo ese seguro silencio es apenas voz valiente,
Que se esfumará temblando y pariendo
Ruido apenas discernible pero desquiciante.
Huyo del eco y encuentro agua, hogar
Que fluye y mece como yo quisiera
Que a nadie confunde porque a todos refleja y a todos dice:
Claridad.
Sólo detrás me asomo intentando ver lo que
Con ojos cerrados ya no me aparece
Y se me interpone esa extraña figura, ese símbolo del misterio
Ésa que se cree yo sonriendo, llorando, huyendo y riendo:
Cabeza grande, cuerpo curvo y suave. Coquetamente
Me seduzco para estar segura de que sí puedo ser yo.
Nadie más lo sabe, nadie más tiene razón.
Nadie más se encuentra en el reflejo, ni la ardilla ni el halcón,
Tal vez el árbol. Y está quieto, crece grande cerca de agua,
Acompañado le gusta estar ahí.
¡Si me alcanzara no caería en más confusos lagos turbios!
Perdido en el regazo del otro, enamorada de las sonrisas
Chuecas dibujadas en su piel, los hoyos las arrugas y la dulce miel,
Estuve segura de no ser absolutamente nada más
Que un cuenco para SU ser. Necesito de ese beso cuando pienso “beso”
Para saber que está conmigo. Pero su ser no sé qué es.
Eres mi perdición, serpiente que sin hablar promete el cielo,
Y le creo.
De vuelta estoy aquí ante mí, porque no fui libre,
No entendí,
Y ya no quiero acariciar el agua, quiero serla,
Pero sólo puedo ser flor.
¿Puedo?
Ésa es la caída al agua para nunca
Volver a tierra ni puente,
Ése es el grito congelado que nadie escucha
El canto del YO SOY a todas voces
Vivas en su cárcel de pigmento encendido.
Comienza la fisión, comienzo a desplegarme
Con el grito triunfal del suicidio.
¡Bello acto y compromiso!
¡Bello negarme el mundo!
Nadie está cerca, sólo el eco que me bebe de lejos,
espectador que poco importa,
Sigue siendo sólo una asombrada sombra.
Me nacen pétalos como ojos, ojos seguros
Que ven y no preguntan.
Me volteo a mi centro para contemplar el rostro puro,
A viento lejos la basura,
Es una manía de risa encendedora
Que acabaría con todo el bosque
Si a éste no lo cubriera el velo
Que en mí misma estoy rompiendo.
Todas las voces ya salieron y se encuentran
En canto desdoblado eterno, notas de sí mismas,
Y ya no las escucho
Y ya no las escucha el mundo.
Todas las poses se encontraron
En cisne, loto, tigre o media luna
Pero yo ya no las toco
Y no las toca el mundo.
Soy flor:
Fuego encarcelado,
Desnudo y sin secretos
Salvo el último secreto:
Que la vida sigue siendo esfuerzo,
aún encapsulada, libre en la quietud.
Pero yo ya no me entero del secreto
Ni de mí lo sabe el mundo.

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